NO
BORDERS
La travesia continúa
Para el 10 de agosto de 2016, por primera vez en cuatro meses, el albergue estaba prácticamente vacío. Los más de 1.000 cubanos que estaban en Turbo, salieron con mensajes de agradecimiento hacia todo los turbeños que les brindaron auxilio.

Puerto de Turbo, Antioquia. Tomada de Wikipedia.
La solución que el gobierno ofreció para normalizar la situación, fue entregar salvoconductos, y así poder salir de Colombia. Muchos de ellos, decidieron regresar a los países que pisaron antes de estancarse en Turbo, como Ecuador y Venezuela; algunos recién llegados que se hospedaban en hoteles cerca al muelle fueron deportados a Cuba; Y otros cientos de cubanos, decidieron emprender la ruta por la selva, desconocida por sus ojos, pero retratada y contada por el chat de No Borders, dándoles una idea aún arriesgada.
En inmensas caravanas, cientos de cubanos que usaron el salvoconducto para avanzar en la ruta hacia EE.UU., se amontonaban en pequeñas lanchas que los llevarían a Capurganá, primer destino a mar abierto, que los enrutaría en la selva sin naufragar.
FRANQUEANDO LA MUERTE
Don Ignacio Leal, junto a 20 cubanos, contrataron a un coyote que les cobró 200 dólares para emprender la travesía por la selva del Darién. El 11 de agosto a las ocho de la noche, partieron a la espesa selva. Caminaron durante cinco días hasta llegar a Panamá.
Al séptimo día de su travesía, a las cinco de la mañana, Ignacio con los pies en llagas y deshidratado, descendió la loma. Su condición hizo que no fuera al ritmo de sus compañeros y se quedara solo. Después de cuatro horas de camino, se encontró con un indígena a quien le pagó 80 dólares para que lo llevara en caballo a Bajo Chiquito, el primer caserío embera en territorio panameño. Los indígenas de la aldea; lo bañaron, le curaron los pies, le regalaron ropa, comida y dinero para continuar el viaje.
En la frontera con Panamá cogió un bus hacia Costa Rica. En ese país estuvo una semana en un hotel, allí se hizo amigo del dueño del lugar quien lo ayudó a salir por Golfito en medio de un retén por parte de las autoridades de migración. En Los Chiles se encontró con más cubanos. En ese lugar contrataron a un coyote que los ayudó a atravesar Nicaragua. Alquilaron burros y caballos para pasar ríos, montañas y carreteras.
Cuando llegaron a Managua rentaron un taxi para que los llevara a la frontera con Honduras, sin embargo, el coyote los dejó a 14 metros de la guardia fronteriza. Estuvieron cuatro días presos, los devolvieron a Managua y después a La Cruz. En ese lugar estuvieron una semana, allí les dieron una ruta a través de la playa, dónde tenían que subir una montaña y coger un bus para, finalmente, llegar a la frontera con Honduras.
En ese país se entregaron a migración, una semana después les devolvieron su pasaporte para seguir la ruta. En Guatemala contrataron a unas personas que se dedicaban a pasar migrantes hasta la frontera con México. Allí hicieron contacto con el cartel de “Los Zetas” quienes les cobraron 2.000 dólares para llevarlos hasta Hidalgo.
Finalmente, en septiembre de 2016 llegó a Puerto Laredo donde lo acogió la “ley de pies secos, pies mojados”. Después de hacer la respectiva documentación tomó un avión con destino a Miami para reencontrarse con su familia.
Actualmente, Ignacio se encuentra a la espera de su licencia de trabajo. Después de un año y un día de su llegada a los EE. UU. podrá pedir la residencia permanente. Como él, Yadira, Odeiki y Kelys lograron cruzar la frontera en el 2016. Yadira tuvo a su bebé en Panamá, en este momento vive en Houston, así como Kelys y su familia.
EL GIRO
El 17 de diciembre de 2014 el presidente Raúl Castro y el ex presidente Barack Obama anunciaron la decisión de restablecer relaciones diplomáticas entre Cuba Y EE. UU. El 20 de julio de 2015, la reapertura de la Embajada de Cuba en Washington marcó el inicio oficial de una nueva etapa diplomática entre ambos países. En enero de 2017 dos empresas de Cuba y EE. UU. firmaron un acuerdo que permite la exportación de carbón vegetal cubano a Estados Unidos, siendo la primera exportación efectiva que Cuba realiza al país norteamericano en las últimas cinco décadas.
“Hoy, EE UU está dando pasos importantes para avanzar hacia la normalización de relaciones con Cuba y darle una mayor consistencia a nuestra política migratoria”.
Anunció Obama en un comunicado para poner fin a la política de “pies secos, pies mojados”. Decisión que para algunos pudo resultar “generosa” y trascendental en el camino de reimaginar las relaciones entre ambos países, sin embargo, para los isleños significó perder un lugar en el mundo. El jueves 12 de enero de 2017 Obama formalizó el fin de la ley, que, por más de 20 años, permitió atravesar a miles de cubanos, la frontera entre México y EE UU.
VOLVER NO ES UNA OPCIÓN
Desde nuestra visita a Turbo-Antioquia mantuvimos comunicación con algunas de los cubanos que conocimos en el albergue. Si algo fue efectivo en toda esta travesía fue la comunicación a través de las redes sociales.
Aylin Gary Cruz, emprendió su viaje sola y con seis meses de embarazo hacia EE UU, el 19 de diciembre de 2016, en vísperas de navidad. “Estuve trabajando en un restaurante de mesera en Envigado, vivía con el papá del niño. Volví a Medellín porque en Turbo me quedé sin dinero. Cuando logré juntar lo suficiente, salí de nuevo”.
Pidió el salvoconducto en Medellín para salir de Colombia. Al padre de su hijo, colombiano, le tomó por sorpresa su decisión. “Desde que salí de Cuba en el 2014, llegar a EE.UU. y unirme a los integrantes del Partido Republicano de Cuba en Miami (partido opositor de Cuba al que pertenece), es mi anhelo. Intentar liberar a Cuba desde adentro no es posible”.
El 20 de diciembre llegó a Turbo. No pagó coyote para adentrarse en la selva colombiana. El 21 de diciembre estuvo en Capurganá. El día 22 se adentró en la espesa selva con un grupo de nueve cubanos y tres nepalís que se encontró en el camino. Estuvo caminando durante varios días. “El día 24 llegué a Bajo Chiquito (Darién, Panamá) y estuve con unos indígenas de esa zona, con ellos pasé nochebuena”.
Logró salir de la Selva con varios signos de debilidad, y como ella misma lo expresa, sin uñas en los pies. A pesar del cierre de la frontera de Panamá con Colombia, Aylin y las personas con las que iba en tránsito no tuvieron inconvenientes con las autoridades panameñas“Debió ser porque era época de navidad. El 25 de diciembre nos llevaron en una piragua hasta un lugar en Panamá que se llama Metetí”.
Pasó Panamá sin contratiempos, seguido de Costa Rica y Nicaragua. El último día del año a las dos de la tarde estaba en Managua. “Ahí me quedé una semana (31 dic-enero 6) buscando la forma de salir. Tuve que pagar un Coyote para que me sacara de Managua, buscando llegar a Honduras”. En moto y caballos, el 6 de enero llegó a Choluteca, primer pueblo en la frontera con Honduras.
“El lunes 9 de enero me devolvieron mi pasaporte, y ese día salí a Guatemala en un bus directo por todo Honduras hasta la frontera. El día 10 llegué a Guatemala, seguí y viajé toda la noche; y a las 5 am del día 11 de enero ya estaba cruzando el río para México, nuevamente pagué Coyote para que me llevara a Tapachula, México”.
En México, Aylin, ya no sentía cansancio, y pensaba que lo que había vivido hasta el momento solo lo repetiría en pesadillas. Sentía que era poco lo que faltaba para culminar. El 12 de enero, día en que derrocaron la ley, ella estaba pidiendo el Salvoconducto en migración en Tapachula para seguir a la frontera con EE.UU. Fue en esa frontera que se enteró de la noticia.
Como si se repitiera la misma historia vivida en Turbo, Aylin, no podía creer que eso estuviese pasando. “Fue terrible, había mucha desesperación, incertidumbre y desconsuelo. Esa era la meca, después de pasar por tantas cosas, uno llegaba aquí y era bien recibido y acogido. Que Obama haya quitado la ley sin más ni menos, sin dejar elección al que viene en camino, ni a mí, ni a nadie, es de las peores cosas que me han podido pasar, no se compara ni siquiera con todo lo que viví en el camino, mi ilusión era llegar, y lo logré”.
“El día 17 de enero me entregaron el salvoconducto, y el día 18 salí. El día 19 estaba en Ciudad de México, ese mismo día tomé un bus a Monterrey, llegué el 20, seguí y llegué a Nuevo Laredo. Estuve ahí desde el día 20 de enero hasta el 10 de Febrero”.
Aylin Gari Cruz llegó el 13 de febrero de 2017 al Aeropuerto Internacional de Miami, después de estar varada en Puerto Ladero, pudo solicitar asilo político y permiso de parole provisional para entrar a Estados Unidos. El 21 de febrero estuvo en una conferencia de prensa para hablar sobre su trayectoria y su lucha con el Partido Republicano de Cuba.
Es considerada la primera cubana en entrar a Estados Unidos después de que derrocaron la ley. “Yo entré sin la ley, casi un mes después de que la quitaran. Todos los beneficios que había con la ley, el 12 de enero los quitaron. No tengo salud, ni auxilio económico, tampoco permiso de trabajo. Quisiera ver a un trabajador social para ir a un hospital por mi embarazo, necesito hacerme los controles, ya casi voy para los seis meses, y aún no sé cuándo iré a juicio. Por ahora lo que más me preocupa es mi salud”.
EL DRAMA CONTINÚA
Aunque la nueva política migratoria pone a los cubanos en igualdad de condiciones con el resto de inmigrantes, muchos cubanos siguen atravesando Colombia y Centroamérica para llegar a los Estados Unidos. Muchos guardan la esperanza de que Donald Trump ponga en consideración implementar nuevamente la ley.
Aún después de conocerse el comunicado que expidió el ex presidente Barack Obama, dos días antes de acabar su mandato, los migrantes que iban camino a cumplir el sueño americano continuaron con la ruta. En enero del 2017 gracias a Repetrel.com, se conoció el caso de una cubana varada en Costa Rica que esperaba sextillizos. La gestante no recibía atención médica adecuada, ni contaba con las condiciones básicas para sobrellevar el embarazo; además, sus bebés corrían el riesgo de nacer con varias complicaciones. Así mismo el drama de más de 70 cubanos que se encuentran en un albergue de Cáritas, Panamá, quienes pidieron que el nuevo gobierno hiciera una excepción aquellos que salieron de Cuba antes de la eliminación de la ley.
A pesar de las peripecias que estos cubanos, junto a muchos otros migrantes de diversas partes del mundo, tienen que atravesar en busca de un ideal de libertad, nunca pierden la esperanza de hallar un mejor porvenir, una nueva vida. Esta es la historia de algunos de los muchos migrantes que a través de sus pasos buscan trazar el camino hacia una nueva vida.

Ignacio Leal y otros migrantes, selva del Darién. Tomada de Facebook.
Continuaron su camino por la Loma de la muerte, una pendiente inclinada que al tratar de atravesarla puede arrastrar a cualquiera hasta el fondo, sin la posibilidad de continuar el camino. Les tomó cinco horas subir la montaña. En el trayecto se encontraron con muchos cadáveres, especialmente africanos, quienes tenían entre sus pertenencias; pasaportes, biblias y fotos de su familia.


Yadira y su bebé. Houston, EE.UU.
Tomada de Facebook
Ignacio Leal. Miami, EE.UU.
Tomada de Facebook